La búsqueda de la felicidad es el fin último del ser humano. No importa como vivas ni cuán feliz seas, todos queremos vivir mejor y llevar una vida plena. Es un deseo perfectamente justo y entendible, si bien, lo que quizá nos falle a muchos es como buscamos esa felicidad.

Lejos de lo que tal vez podamos imaginar, la plenitud en nuestras vidas no viene determinado por la cantidad de cosas que una persona tiene, ni siquiera por la calidad de las cosas que alguien posee.

Según Martín Seligman, padre de la Psicología Positiva, existen cuatro vías de acceso para alcanzar una vida plena.  La primera ruta es a través de las emociones positivas. Esta es la vía más más conocida y responde a la noción más comúnmente extendida de la felicidad.

El nivel de felicidad viene determinado por un ratio, el que se genera cuando comparamos las cosas que tenemos en nuestra vida que nos producen emociones positivas y aquellas otras que nos producen emociones negativas. Cuanto mayor sea ese ratio, más positividad tendremos en nuestra vida

La buena noticia es que sobre ese ratio podemos actuar. Para aumentar el positivismo en nuestra vida tenemos dos caminos, podemos reducir las cosas que nos generan emociones negativas ó por el contrario podemos aumentar aquellas que nos general emociones positivas.

La mala noticia es que a todo nos acostumbramos. La satisfacción por algo que hayamos conseguido no nos durará eternamente y tendremos que star buscando nuevas cosas que nos satisfagan.

La segunda ruta de acceso a una vida plena está relacionada con el compromiso. El placer deriva del compromiso que asumimos con la realización de una tarea y con la capacidad de experimentar flow. Se alcanza el flow cuando una actividad nos absorbe y tenemos la sensación de que se ha parado e tiempo.

Para alcanzar el flow es necesaria que la tarea no sea ni muy fácil, con lo que el estado de flow no se alcanza, ni muy estresante ya que en ese estado el flow se pierde.

Esta segunda ruta está marcada por una ecuación entre las fortalezas personales y las características de la tarea. El flow no se consigue accediendo a la gratificación de forma directa, sino a través del trabajo y el esfuerzo.

La tercera vía consiste en tener una vida con significado. Mientras que las dos primeras rutas hacia la felicidad tienen que ver con cuestiones individuales sin importar el entorno, la tercera vía de acceso, llevar una vida con significado, tiene que ver con la búsqueda del sentido y eso solo puede entenderse en un contexto global más amplio.

Esta tercera vía es la aplicación de las fortalezas personales para el desarrollo de algo más importante y amplio que uno mismo.

Por último, la cuarta vía, es la marcada por las relaciones sociales. Somos animales sociales y necesitamos sentir que formamos parte del grupo. Los últimos estudios han demostrado que son más felices la personas que tienen más amigos.

Las 4 rutas son complementarias; puedes alcanzar la plenitud incluyendo más momentos positivos en tu vida, dejándote llevar por un trabajo que te apasione, dedicando parte de tu tiempo a trabajar por un bien mayor o interrelacionando con otras personas. Si bien, se puede alcanzar la vida plena a través de cualquiera de ellas, aquellos que consiguen mayor satisfacción son los que emplean las cuatro vías en cierta medida.

Con esto en la cabeza, te propongo que dediques un rato a pensar cual de las tres rutas en la tuya. ¿Podrías hacer algo para desarrollar más las dos que estén menos desarrolladas? Escuchar música, pasar más tiempo con tus amigos, hacer algo que te absorba o simplemente prestar ayuda a quien lo necesite puede significar un gran cambio en tu vida.