Existe una relación entre actitud y comportamiento que puede ser utilizada a nuestro favor para cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos.

¿La buena noticia? ¡No tienes por que seguir siendo una persona tímida o insegura si no quieres!

Nuestra actitud, positiva o negativa hacia algo o alguien, se ve reflejada en nuestro comportamiento. Por ejemplo, si tienes una actitud positiva hacia una persona, buscarás más tiempo para estar con ella, mientras que si tu actitud es negativa, intentarás evitarla en la medida de lo posible.

De la misma manera en que la actitud influye en el comportamiento, también el comportamiento influye en la actitud. Todos nos creamos una opinión de las personas a través del comportamiento que nos muestran.

Si ves a alguien ayudando a un tercero, podrás calificarlo de generoso o atento y te crearás una actitud hacia él, en este caso, positiva. Si por el contrario ves a alguien gritando o gesticulando de una manera exagerada, podrás calificarle de irrespetuoso, malhumorado e incluso agresivo y probablemente tu actitud hacia él no sea tan buena.

Según la Teoría de la Autopercepción de Daryl Bem, sacamos conclusiones sobre nosotros mismos de la misma manera que sacamos conclusiones sobre los demás: juzgando el comportamiento.

Igual que harías con un tercero, si te das cuenta de que te gusta asumir riesgos y no te importa ponerte en situaciones límite, podrás concluir que eres una persona valiente y segura de si misma. Sin embargo, si te ves temeroso de hablar e intentando pasar desapercibido, es posible que te califiques de tímido e inseguro.

La buena noticia, es que esta relación entre actitud y comportamiento puedes utilizarla a tu favor.
En palabras de Thich Nhat Hanh “Algunas veces la felicidad es la fuente de tu sonrisa y otras es tu sonrisa la fuente de tu felicidad”

Puedes cambiar tu comportamiento y cambiaría la percepción de ti mismo. No hay por que conformase con ser tímido, inseguro o no tener don de gentes. Si cambias tu comportamiento cambiará tu actitud.

Si actúas como una persona decidida y valiente, aunque tengas que fingirlo al principio, irá cambiando la actitud que tienes de ti mismo y una vez que te veas como una persona valiente y decidida, tu comportamiento nunca más será el de alguien inseguro.

Algo que te puede ayudar:
Decide cómo te gustaría ser y haz una lista de cuales son los principales comportamientos que esa hipotética persona debería tener. Aplícatelos a ti mismo, oblígate a comportarte de esa manera durante, por lo menos, un mes. Fíngelos si no te salen de manera natural, el efecto es el mismo. Dentro de un mes echa la vista atrás y verás la diferencia.