El conflicto, en líneas generales está mal visto. Quien más, quien menos, todos trabajamos activamente para evitarlo, al menos en nuestro entorno más cercano. Sin embargo, el conflicto, aunque no sea algo deseado, es algo beneficioso para cualquier relación.

Muchas personas, probablemente dejándose llevar por lo que vemos en las películas, tienen una interpretación equivocada de lo que es una relación ideal. Para ellos, la relación ideal, ya sea de pareja, laboral o familiar, es aquella que está libre de conflictos, aquella donde todo el mundo se entiende, se comprenden,  están de acuerdo en todo, sin desencuentros ni desengaños.

Puede que eso sea lo que todos desearíamos pero, eso, tristemente no es real. Si existiera una relación así, solo podría significar dos cosas:  bien, es una relación muy joven donde todavía no ha habido tenido tiempo de llegar a los desencuentros, o bien, es una relación en las que los problemas se están pasando por alto y, si este el caso, estaremos haciendo un flaco favor a la relación ya que los problemas, cuando no nos enfrentamos a ellos, lejos de desaparecer se hacen más grandes. Podremos esconderlos durante algún tiempo, pero, llegará el momento en que nos sea imposible continuar evitándolos y tendremos que hacer frente a un  conflicto mucho mayor que el inicial.

El conflicto lejos de ser un síntoma de mal funcionamiento de una relación es realmente el síntoma de que la relación, es una relación sana. Los desencuentros son naturales e inevitables en una relación a largo y hacerles frente cuando aparecen, es la manera más saludable de afrontarlos.

Según John Gottman, profesor de psicología de la Univerdisd de Washington y especialista en relaciones, lo mejor para asegurar que las relaciones funcionen, no es intentar evitar lo negativo, algo imposible e irreal, sino trabajar activamente en aumentar lo positivo.

Independientemente del tipo de relación de la que hablemos siempre hay determinadas actitudes que pueden marcar una gran diferencia. Si nos dejamos llevar por aquello que no nos gusta o con lo que no estamos de acuerdo, podemos caer en la queja continua que, además de hacernos creer en una imagen distorsionada de la realidad, nos podría llevar a caer en una espiral destructiva.

Buscar activamente las cosas positivas que tiene la relación y trabajar para aumentarlas, sin dejar por ello de ver lo negativo, balancea al situación y nos permite ponerla en perspectiva.

Aquí os dejo algunas sugerencias que os pueden resultar útiles.

El respeto es la base: En las relaciones, la proximidad lo hace a veces más difícil.  No te comportes con las personas cercanas como no lo harías con las que son menos próximas.

Cuida los detalles: Busca cosas pequeñas que puedas introducir en tu día a día y que demuestren que te importa la persona que tienes delante.

La validación es importante: Elogia, es gratis. No des nada por supuesto. Si ves algo que te gusta, no pierdas la oportunidad de decirlo.

Muestra interés: Demuestra empatía, escucha, Una escucha real es la mejor manera de validar a una persona.