“La suerte es para quien se la trabaja” , un refrán popular que he tenido la oportunidad de comprobar por mi misma.

Existen un montón de libros de autoayuda que defienden un único mensaje: sé positivo, confía en ti mismo y el éxito llegará. Solo hay una pega en esta afirmación, es completamente falsa.

Ser optimista y tener confianza en tu capacidad para hacer las cosas es fundamental para conseguir el nivel de motivación necesario para alcanzar tus objetivos y cumplir tus retos. Pero hay una gran diferencia entre creer que vamos a tener éxito y pensar que el éxito va a llegar sin más.

Existe una relación directa entre lo que la vida nos da y lo que nosotros le entregamos. Las cosas buenas ocurren a las personas que están dispuestas a esforzarse, a actuar con disciplina y a hacer los sacrificios necesarios para alcanzar el éxito personal y profesional

Esta es la diferencia que existe entre el optimismo sano y el “Mundo de Yupi”. Las personas que mantienen un optimismo sano, enfocan los retos con la creencia de que pueden superarlos, pero también saben que para lograr el éxito tendrán que trabajárselo, con esfuerzo, planificación y constancia.

Ningunos de los grandes triunfadores ha llegado a donde está sin trabajar. Mientras que otros arrastraban los pies o intentaban cumplir con sus objetivos sin dejarse muchas plumas, estas notables personas, madrugaban, echaban las horas que hiciera falta y demostraban a la vida que estaban entregados a sus sueño.

No estoy hablando de convertirse en un adicto al trabajo, tampoco eso sería lo correcto. El descanso es necesario, el tiempo de ocio, el que dedicas a tu familia. Hay que cuidar esos paréntesis, son tan importantes como el trabajo en si mismo y fundamentales para recargar las pilas. Solo estoy diciendo que detrás de un gran éxito hay un gran trabajo.

Ser consciente de que el camino hacia el éxito no es fácil te ayudara a conseguirlo más fácilmente. Las personas que tienen confianza en su éxito, pero que además saben que no será fácil, se esfuerzan más, planifican como hacer frente a las dificultades antes de que aparezcan y persisten en el empeño cuando llegan los problemas.

Algunas cosas que te pueden ayudar:

  1. No visualices el éxito, visualiza los pasos necesarios para alcanzarlo
  2. Piensa en los obstáculos y dificultades que puedes encontrar y prepara un Plan B para hacerles frente.
  3. No te rindas ante el primer inconveniente. Solo habrás fracasado cuando tires la toalla