Por favor y gracias, son palabras poderosas que están tristemente cayendo en desuso.

Quizá sea por prisa, por dejadez o simplemente por que nos creemos con derecho a prácticamente todo, cada vez es más raro escucharlas, al igual que cada vez son más frecuentes los malos modos y la mala educación.

No hay nada más importante que las relaciones entre las personas. Todos tenemos necesidad de ser vistos, de ser respetados. La necesidad de pertenencia al grupo es intrínseca en el ser humano y esa pertenencia pasa por ser considerado uno más. Pedir las cosas por favor y dar las gracias es una manera fácil de honrar este principio.

Con esas simples palabras, estamos reconociendo el valor de la persona que tenemos delante. Nos está dedicando parte de su tiempo. Durante un rato más o menos largo, está ocupando su tiempo en hacer algo que nos va hacer la vida más placentera. Eso merece un reconocimiento por nuestra parte.

No importa si nos está dando un servicio por el que vayan a cobrar, si están obligados a hacerlo o si simplemente lo hacen por voluntad propia. Independientemente del motivo, nos están dedicando un tiempo precioso y tienen que ser reconocidos por ello. Pedir las cosas por favor y mostrar agradecimiento, puede marcar una gran diferencia.

Todos hemos experimentado, en carne propia, como nos hace sentir el que nos traten de una u otra manera. Un trato amable, una sonrisa, nos puede cambiar la energía y el humor del día.

La buena noticia, además, es que ser amables con los que nos rodean no solo les hace sentirse bien a ellos, también nosotros nos sentiremos mejor. Podemos mejorar la vida de los que nos rodean mejorando la nuestra al mismo tiempo.

La buena energía se contagia como un virus. Se extiende rápidamente y tiene efecto multiplicador según se va trasmitiendo de una persona a otra. Cuando tratas a alguien con respeto y educación, le predispones a otorgar el mismo tratamiento a las siguientes personas que se crucen en su camino, generando una corriente de positivismo que se extiende través del tiempo y del espacio.

¿Te imaginas como sería si un día todos nos propusiéramos hacer más felices a las personas con las que nos cruzáramos? ¿Te imaginas lo que podría pasar?

Te reto a que hagas tu parte y puedes empezar diciendo “por favor” y “gracias”.