Aunque no siempre somos conscientes, en cada momento de nuestra vida elegimos. Elegimos ver fallos o buscar lo que funciona. Elegimos asumir retos o huir de ellos. Elegimos ser amables con quienes nos rodean o cínicos y desagradables.

En todo momento, ahora mismo, dentro de 10 minutos o dentro de 10 años, tenemos elección. Todas esas elecciones sumadas crean nuestra vida y dan forma a nuestra realidad.

“Medimos nuestra vida utilizando diferentes marcadores, años, eventos importantes, logros, etc. También podríamos medirla por las decisiones que tomamos ya que la suma total de estas decisiones nos ha hecho quienes somos y nos ha traído hasta donde estamos”. Es una frase de Sheena Lyengar, profesora de la Universidad de Columbia que me ha hecho pensar y me ha llevado a escribir este artículo.

Para Sheena, las elecciones que hicimos fueron determinantes para alcanzar el presente que actualmente vivimos. Si miramos hacia atrás, podremos entender cómo, muchas de las cosas que nos están pasando en este momento, son consecuencia de las opciones que tomamos hace tiempo. De la misma manera, mirando hacia adelante, podremos acercarnos más a las cosas que queremos conseguir  haciendo elecciones consecuentes con nuestros objetivos.

Cuando hablamos de elecciones,  nos vienen a la cabeza las grandes decisiones, ¿Dónde voy a trabajar? ¿Qué quiero estudiar? ¿Dónde voy a vivir? Es evidente que esas elecciones marcan nuestra vida. Todos somos conscientes de su importancia y les dedicamos el tiempo necesario pero, esas no son las únicas elecciones que hacemos.

Nuestro día a día está lleno de elecciones pequeñas, decisiones fáciles, obvias. Estas elecciones no las consideramos importantes y nos permitimos funcionar en piloto automático.

En esos casos, no estamos decidiendo, nos estamos dejado llevar por  ideas preconcebidas. Reaccionamos según determinadas creencias, determinados clichés y no nos pararnos a pensar si esa es realmente la elección que queremos hacer o si habría otra más adecuada.

Estas elecciones «pequeñas» , son potencialmente más importantes que las grandes elecciones.  Son mucho más frecuentes y son las que en, última instancia, van determinando nuestro futuro y dando forma a nuestra vida. Son estas pequeñas elecciones las que pueden estar boicoteando nuestros propios planes.

Por ejemplo, puede que trabajar horas extras en un proyecto, aunque implique que le tengas que quitar horas a tu familia,  sea lo que consideres más adecuado. Te resulta tan obvia la decisión que no le das ni un minuto de tu tiempo, simplemente lo haces.

Si, para ti, tu carrera es la primera prioridad, la elección es perfectamente consecuente pero,  si  tu familia es lo primero, puede que la decisión de echarle más horas al trabajo no sea la que te lleve al futuro que buscas.

Las elecciones son una herramienta muy poderosa para acercarte a la vida que quieres vivir, pero para eso tienes que dejar de tomar decisiones en piloto automático  y empezar a decidir de manera consciente, permitiendo que cada elección te acerque un poco más a tu objetivo.

Por eso hoy te propongo una pequeña reflexión ¿Qué vida quieres tener? ¿Tus elecciones te acercan o te alejan de ella? ¿Qué elecciones tiene que tomar para acercarte a tu objetivo?